Podemos establecer
que el periodo helenístico se desarrolla entre el año 323 a.C., muerte de
Alejandro Magno, y el año 30 a.C. en el que Augusto concluye la anexión de
Egipto a Roma tras su victoria en la batalla naval de Accio.
Busto de Alejandro como Helios en el Museo Capitolino, Roma. |
Desaparecido
Alejandro Magno, después de una guerra civil donde fue derrotada la idea de la
continuidad de la unidad, el Imperio se fragmentó en diferentes reinos
helenísticos gobernados por los
generales de Alejandro (los denominados diádocos –sucesores-) y, más tarde, por
sus hijos (llamados epígonos –los nacidos después-).
El Imperio de
Alejandro Magno quedó dividido de la siguiente forma:
- Asia para Antígono I Monóftalmos. Era el que tenía más poder y más extensión de tierras. Murió en la batalla en Ipso, en el año 301 a. C., en Frigia, en el centro de Asia Menor. Con él desparecía la idea de la continuidad del Imperio unido. Sus sucesores darían lugar posteriormente a la dinastía Antigónida en Macedonia.
- Egipto para Ptolomeo Lágida que fue el primero en instituir un reino independiente. Instauró la dinastía Ptolemaica, también conocida como dinastía lágida. que reinó en Egipto durante dos siglos y medio. Alejandría llegó a ser el puerto más concurrido del Mediterráneo y su principal foco de cultura.
- Tracia y Asia Menor para Lisímaco.
- Babilonia y Siria para Seleuco (dinastía seléucida). Se entendía por Siria a una enorme extensión de tierras que llegaban hasta las fronteras con la India.
- Grecia, y Macedonia para Casandro, hijo del veterano general Antípatros. Más tarde, Demetrio Poliorcetes (hijo del general Antígono Monoftalmos), arrojó del trono a los hijos de Casandro y reinó durante diez años. Vencido en Asia por Seleuco, su hijo Antígono Gónatas le sucedió en el año 283 a. C. y fue el fundador de la dinastía antigónida, cuyo fin se dio en el reinado de Perseo en el año 168 a. C., después de la Tercera Guerra Macedonia contra los romanos.
Con posterioridad de esros territorios se separaron otros reinos más pequeños,
pero que desempeñaron un papel muy importante. Destacan:
- el reino de Pérgamo,
controlado por los Atálidas
- el reino del Ponto, nombre que deriva del nombre que dieron los griegos jonios al
Mar Negro (Ponto Euxino). Fue fundado en el año 291 a. C. por Mitrídates
I. El reino fue anexionado por Roma en el año 63 a. C.
- el reino de Bitinia, en
Anatolia, en las costas del Mar Negro y del Mar de Mármara (los griegos le
denominaban Propóntide porque les permitía acceder al Ponto Euxino -Mar
Negro-).
Rodas fue
incorporada al Imperio Helenístico en el año 334 a.C. A la muerte de Alejandro
(323 a.C.) los rodios se sublevaron. A partir de este momento mantuvieron una
estrecha relación comercial y política con el reino de los Ptolomeos de Egipto.
En la parte
occidental, encontramos el reino del Epiro, en la actual Albania. La princesa
Olimpia de Epiro fue la madre de Alejandro Magno.
Además encontramos una serie de ciudades que, unidas en confederaciones, como la Liga Aquea y la Liga Etolia, desempeñaron un importante papel en el Mar Egeo tras la caída del Imperio Helenístico.
Estos gobernantes
van a dotar a sus ciudades de grandes conjuntos monumentales imitando la Atenas
del siglo V. A lo largo de tres siglos asistimos a una nueva civilización, en
la que se combinan elementos griegos y aportaciones de los pueblos incorporados
aunque lo esencialmente helénico prevalezca.
Se produce una
dispersión de los centros escultóricos. Florecen los talleres y las escuelas
estilísticas. Desaparecen las grandes individualidades artísticas de los siglos
anteriores. De esta forma, en muchas ocasiones se desconoce la fecha y el autor
de la obra. Recordemos que esta
etapa escultórica es coetánea a la expansión de Roma por el Mediterráneo. La
etapa helenística termina con la victoria de Augusto en Accio y la consecuente anexión de Egipto a
Roma. Por ello, es frecuente que no se puede precisar si se trata de un
original griego, una copia romana de un original griego o de una obra romana
realizada a imitación griega.
La escultura
helenística muestra una gran variedad. Conviven la idealidad y el realismo, la
belleza y la deformidad, los temas dramáticos y los temas cotidianos. Se
representan todas las edades del ser humano, desde la niñez hasta la vejez. Alcanzan
fama y prestigio cuatro grandes escuelas: Atenas, Alejandría, Pérgamo y Rodas:
Atenas
Esta escuela se
caracteriza por la influencia de los modelos clásicos de los siglos V y IV. Estas
obras conforman la denominada escuela neoática. Por otra parte, encontramos interesantes retratos, como el
del orador Demóstenes (280 a.C.), bronce del escultor Polieucto. considerado el
primer retrato psicológico de la antigua Grecia (se conservan tres
versiones de la estatua y más de 40 del rostro). También podemos destacar el
retrato del poeta trágico Sófocles y el del filósofo Epicuro.
El Apolo de Belvedere, atribuido a Leocares (M. Vaticanos)
|
Alejandría
Esta escuela destaca
por los temas cotidianos y alegóricos representados en terracota, piedra o
bronce. Así mismo en esta escuela se plasmó en mármol personificaciones de
ideas abstractas como la Alegoría del río Nilo, representado como un anciano
recostado que porta el cuerno de la abundancia y los símbolos de las tierras
fertilizadas por sus aguas.
Alegoría del Nilo (M. Vaticanos)
Pérgamo
Esta escuela destaca
por los temas patéticos, de sentimientos violentos. El rey Atalo I decidió
conmemorar la victoria sobre los gálatas en el 228 a.C. mandando realizar seis
esculturas que se mostrarían en la acrópolis. En el centro figuraba el Gálata
Ludovisi, que acaba de matar a su mujer para librarla de la esclavitud y,
mientras sujeta el cadáver, se suicida. A su alrededor se sitúan cuatro gálatas
exhaustos, tendidos en el suelo. De esta forma los pergamenses trataban a los
enemigos vencidos con dignidad y respeto, y de esta forma dan más importancia a
su propio triunfo.
Bajo el reinado de su hijo Eumenes II se erigió en el 180 a.C. el Altar consagrado a Zeus y Atenea. Destacan los relieves del basamento del pórtico, donde se describe la batalla entre dioses olímpicos y gigantes, hijos de la Tierra. Se trata de un friso de 2,30 m. de altura y 113 m. de longitud. Destacan por el dramatismo, movimiento y el tratamiento idealizado de las anatomía de las figuras.
Maqueta de la ciudad helena de Pergamo en el Museo Pergamo de Berlín |
Rodas
Esta escuela destaca
por su dramatismo, profundizando en la
emoción del sufrimiento y acentuando el dolor. En Rodas se establecieron varios discípulos de
Lisipo. Cares de Lindos realizó el coloso de Rodas, erigido hacia el 280 a.C. y
destruido por un terremoto cincuenta y seis años después.
Entre las obras de
esta escuela destacan: El Toro Farnesio o Suplicio de Dirce (Museo Nazionale, Nápoles); el Laoconte
(Museo Vaticano, Roma) y la Victoria de Samotracia.
La Victoria de Samotracia, un ejemplo de escultura helenística
Una de las
esculturas originales más admiradas del período helenístico es la denominada Victoria
de Samotracia, también conocida como Niké de Samotracia. Se trata de una
escultura en bulto redondo perteneciente a la escuela rodia del periodo
helenístico. Fue erigida en el santuario de los Grandes Dioses de Samotracia en
el siglo II a.C.
Reconstrucción de la fuente (en Heiner Knell, Die Nike von Samothrake , 1995, p. 79.) |
El santuario de la
isla de Samotracia, isla situada en el norte del Mar Egeo, consistía en un
conjunto de edificios dedicados al culto de los Cabiros. Gran cantidad de
peregrinos, en su mayoría de las ciudades griegas de Asia Menor, fueron
iniciados en los ritos misteriosos. En el siglo IV a. C., los reyes de
Macedonia supervisaron un programa para ampliar y mejorar los edificios
religiosos. En la mitología griega, los Cabiros o Cabirios eran un grupo de
enigmáticas deidades ctónicas relacionadas con un culto mistérico que tuvo su
centro en la isla de Samotracia (Grecia) y estuvo estrechamente relacionado con
el mito de Hefestos. El culto se extendió rápidamente por todo el mundo griego
durante el período helenístico, siendo finalmente adoptado por los romanos.
En 1863, Charles
Champoiseau, cónsul francés de Adrianópolis (actual Edirne, Turquía), decidió explorar las ruinas del santuario. Un
grupo de trabajadores encontró varias partes de una gran estatua de una mujer
que, por sus características, hicieron pensar a Champoiseau de que se trataba
de una estatua que representaba a la Diosa de la Victoria.
En 1864, los
fragmentos llegaron al Museo del Louvre. Tras su restauración, en 1866 se
expusieron formando un bloque las piernas y la parte inferior del torso.
Champoiseau también
descubrió las ruinas de un pequeño edificio y una pila de grandes bloques de
mármol gris. En 1875, el arqueólogo austriaco A. Conze examinó los bloques y descubrió
que formaban la proa de un barco, a modo de base para la Victoria de
Samotracia. En 1879, Champoiseau mandó llevar os restos al Museo del Louvre.
Félix Ravaisson
Mollien, encargado de antigüedades en el Louvre, decidió recrear el monumento
siguiendo el modelo sugerido por el arqueólogo alemán Alexander Conze
(1831-1914), uno de los descubridores del Altar de Pérgamo, El lado izquierdo y
el cinturón se recrearon con yeso. El ala izquierda se reconstruyó a partir de
varios fragmentos de mármol y el ala derecha, de la que sólo quedaban dos
fragmentos, fue reemplazada por una
imagen simétrica del ala izquierda. El trabajo de restauración fue finalizado
en 1884 y fue cuando se colocó en su actual posición en la escalera Daru, en el
Ala Denon del Museo del Louvre.
La cabeza, los
brazos y los pies no fueron remodelados. La estatua se puso directamente en el
barco, cuya decoración no fue recreada. Restaurada en 1934 se colocó un bloque
de piedra entre la estatua y la nave para hacerla más visible. En la actualidad
se está acometiendo una nueva restauración que se finalizará a finales de 2014
o en el 2015. En esta su cuarta restauración, está previsto utilizar materiales
modernos y se digitalizará para comprobar nuevos detalles de la obra, como la
utilización de colores en la composición.
Es uno de los raros
ejemplos de escultura exentas cuyo emplazamiento original puede reconstruirse.
La base de la estatua tiene la forma de una proa de barco de guerra,
reconocible por los remos que sobresalen a ambos lado. La diosa está
representada en el momento en el que la diosa se posa sobre la nave, por este
motivo su pie derecho apenas toca la cubierta del navío y las alas aún las
tiene desplegadas. Una leve torsión del cuerpo potencia la dinamicidad propia
del momento representado.
Camposición (web del museo del Louvre) |
Viste una túnica de
tela fina y un himation más grueso, medio envuelto en la cintura, que cae en
pliegues profundos entre las piernas, mientras otros vuelan detrás de la pierna
izquierda. Los ropajes se adhieren al cuerpo dejando traslucir su anatomía
femenina. Este tratamiento de los ropajes nos recuerda a la técnica de «paños mojados» atribuida a las
obras de Fidias). La victoria estaría descendiendo sobre el barco para otorgar
la victoria en la batalla.
El efecto
espectacular de la llegada de la diosa estaba realzado por la colocación de la
proa sobre una base formada por un estanque de dos niveles. El más próximo a la
nave tenía poca profundidad mientras en el otro había grandes piedras
redondeadas que probablemente querían sugerir la orilla o el puerto del barco.
Al efecto ilusionista contribuía además el hecho de que todo el conjunto estaba
erigido sobre una terraza encima del teatro de Samotracia, desde donde se podía
observar la totalidad del santuario.
El efecto
ilusionista de la Victoria en su escenario en Samotracia, la sensación de
movimiento que comunica, los pliegues profundos de su ropa, las sutiles
transparencias de su ropaje, el plumaje virtuosamente realizado de sus alas, entre otras características, inducen a pensar
que esta estatua fue realizada en el período helenístico en torno al 200
a. C. Además una inscripción fragmentaria encontrada en la base de la Victoria
tiene letras de una forma muy parecida a las de varias inscripciones halladas
en la isla de Rodas, algunas de las cuales llevan la firma del escultor
Pythokritos de Rodas. Además, existe un relieve en Lindos, Rodas, firmado por
Pythokritos que representa una proa de barco de forma muy parecida a la de la
proa que sirve de base a la Victoria. Este indicio, junto con el hecho de que
dicha base sea de mármol gris de la cantera de Lartos de Rodas (la estatua es
de mármol de Paros), da muchas razones para pensar que la victoria sea obra
rodia y probablemente de la mano del escultora Pythokritos de Rodas, que
trabajó a principios del siglo II a. C.
Relieve de Lindos |
La altura total del
monumento es de 5.57 m. La estatua mide 2.75 m, incluyendo las alas. La estatua
fue realizada en seis piezas, el barco en diecisiete. Esta técnica de esculpir
el cuerpo en varias piezas antes de ensamblarlas, fue utilizada sobre todo en
los talleres de Asia Menor, las islas del Dodecaneso y las Cícladas.
Esquema mostrando el ensamblado de los bloques de la estatua (en M. Hamiaux, La Victoire de Samothrace, 2007, colección Solo, y Una mirada más cercana en la web del Museo del Louvre. |
La Victoria Alada
está muy próxima a los personajes del friso de Gigantomaquia que decoran el
Gran Altar de Zeus de Pérgamo (180-160 a.C. aprox.). La ejecución de los frisos
del Altar de Zeus no sólo se debió a un equipo de escultores, sino que fue
necesaria la participación de un grupo de eruditos capaces de establecer un
programa iconográfico de tales características. Se sabe muy poco sobre los
escultores que realizaron la Gigantomaquia. Conocemos sus nombres: Dionisíades,
Menécrates, Melanipo, Orestes, Teorreto..., pero ignoramos quien se encargó de
dirigir la realización de la obra unificando el estilo. Los escultores que
posiblemente procedían de diferentes ciudades crearon un estilo que se suele
llamar Segunda Escuela de Pérgamo.
Atenea, auxiliada
por su serpiente, vence a un gigante mientras la Victoria la corona y Gea, la
Tierra, implora por su hijo vencido. Alyat de Zeus en Pérgamo.
Para saber más
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