martes, 9 de junio de 2015

PATRIMONIO ARAGONÉS DE LA FRANJA Y SIJENA


El pasado miércoles 3 de Junio, el Tribunal Supremo ha confirmado la legitimidad del Gobierno aragonés de catalogar como patrimonio propio varios de los bienes eclesiásticos depositados en el Museo Diocesano y Comarcal de Lérida, cuya devolución se reclama desde Aragón.  La asociación Acción Pública para la Defensa del Patrimonio Aragonés (Apudepa) ha catalogado las resoluciones del Supremo como "históricas" y constituyen un "paso importantísimo" para lograr el retorno de los bienes del patrimonio histórico-artístico de Aragón. La decisión del Supremo se plasma en cuatro sentencias referidas a cuatro de los litigios planteados desde la Generalitat y la Diputación de Lérida respecto a diversas piezas del patrimonio histórico-artístico aragonés que permanecen depositadas en Cataluña. Se trata de piezas que desde hace décadas tiene repartidas en colecciones de dos museos catalanes, el Diocesano de Lérida y el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC).

Se trata de una sentencia firme, definitiva e inapelable del Tribunal Supremo con la que se pone fin a más de diez años de litigio en torno a los conocidos como «bienes de la Franja». Para el letrado Jorge Español, representante legal del Ayuntamiento de Villanueva de Sijena (Huesca) en el conflicto por los bienes del monasterio de esta localidad vendidos a la Generalitat, estas sentencias dejan sin eficacia jurídica la catalogación catalana como una colección inseparable y abre el camino al retorno de las piezas. En su opinión, cualquier "acto de resistencia" por parte de la diócesis de Lleida o de la administración catalana a las demandas de los propietarios legítimos de los bienes podría suponer un delito de "apropiación indebida".

En concreto, el alto tribunal confirma la catalogación aragonesa del Frontal de Berbegal, una de las piezas más valiosas que se exponen en el Museo de Lérida, de la Tabla del Calvario y de la Crucifixión de Peralta de Alcofea, y de 24 de las 113 piezas procedentes de las parroquias aragonesas.

Las resoluciones del Supremo no sólo confirman la catalogación de estas piezas sino también de 112 piezas de las parroquias aragonesas adscritas al obispado de Barbastro-Monzón desde 1995. En los fundamentos jurídicos de las cuatro sentencias emitidas, el Tribunal Supremo argumenta que estos bienes se encuentran depositados en Lérida con carácter provisional, y señala que la diócesis de esta población catalana los retiene a título de depósito y no de propiedad. Según la asociación  Apudepa sólo falta que todas las autoridades acaten las sentencias y los bienes regresen a sus lugares de origen". 

Entre estas piezas se encuentran valiosas obras de arte como el frontal de Buira (1), la virgen de Zaidín (2), el frontal de San Vicente de Treserra (3), las tablas de San Pedro y San Pablo de Binaced, el retablo de la Virgen de Chalamera o la arqueta de San Ramón de Roda de Isábena.


1.- Frontal de altar de San Hilario o Frontal de Buira (siglo XIII)




        • El frontal de altar de San Hilario, de finales del S. XII, o principios del siglo XIII, o Frontal de Buira, es una obra sobre madera tallada y policromada de la Escuela de Ribagorza, representando la figura entronizada de San Hilario, Obispo de Poitiers. Procede de la Ermita de la Virgen de la Mola (Buira).  Provincia de Huesca. Sus dimensiones son 89,5 x 139 cm
2.- Virgen de Zaidin


3.- Frontal de altar de San Vicente Trassera (segunda mitad del siglo XIII).
 Pintura sobre tabla de pino (97 x 116 cm.)

4,. Tabla de San Martin Lascuarre 


        • La Pintura sobre tabla de San Martín Obispo (siglo XV). Se trata de una tabla policromada al temple con retoques al óleo que formaba parte de un retablo desaparecido de la iglesia parroquial de Lascuarre. La composición se centra, como indica el nombre de la obra,  en torno a la figura de San Martín, obispo de Tours, que es representado vestido de pontifical con una magnífica capa pluvial adamascada y brocada. Lleva los demás símbolos de su posición:mitra, guantes, anillos y báculo. El trono sobre el que se sienta es de grandes dimensiones y simula estar tallado en madera y enriquecido con un dosel de fondo. En torno a esta figura central , se disponen San Esteban, representado como un diácono que sostiene un libro y las piedras que simbolizan su martirio y el propio San Martín de joven, que aparece representado como un caballero que parte su capa con la espada para compartirla con Jesucristo transformado en un mendigo adolescente. Hay que tener en cuenta que algunos investigadores creen que la figura central en realidad representa a San Nicolás de Bari. Estilísticamente combina rasgos del gótico hispano-flamenco , observables en la figura del santo obispo, con otros rasgos ya renacentistas como podemos ver en la figura de Jesús, tratada de forma más naturalista, relacionada con modelos italianos. La  obra ha sido atribuida al pintor aragonés Martín Bernat, por lo que podríamos fechara en el último cuarto del siglo XV.

5.- Arqueta de Buira. 



          • La Arqueta de Buira (siglo XIV) Dimensiones: 16,5 x 27,5 x 18 cm. Madera decorada con relieves de estuco dorado, picados y policromados, cantoneras y láminas de metal, fondo forrado con tela de lino azul, cerraja, tapa y frontales de hierro forjado.



6.- Cruz procesional de Roda de Isábena XVI, Plata cincelada y repujada.

Otras obras;



Santa Eulalia y Santa Matrona




Tabla de San pedro y Crucifixión de Peralta

En estos momentos, conviene escribir cuatro líneas sobre el origen próximo y remoto del conflicto de los bienes eclesiásticos de la Franja. Este asunto, también conocido como conflicto del patrimonio eclesiástico del Aragón Oriental, se generó entre las comunidades autónomas de Aragón y Cataluña por la titularidad de los bienes eclesiásticos que corresponden a las parroquias oscenses, la mayor parte en la Franja de Aragón,  transferidas en 1995 de la diócesis de Lérida a la diócesis de Barbastro que pasó a denominarse de Barbastro-Monzón.

El origen del conflicto radica en las diferencias que históricamente han existido entre los límites administrativos y los límites de las diócesis (territorio bajo la jurisdicción religiosa de un obispo diocesanos). Los límites entre las Diócesis de Huesca y Lérida se fijaron en 1203 por el papa Inocencio III mediante la correspondiente bula, mientras que los límites políticos entre Aragón y Cataluña lo hicieron en la segunda mitad del siglo XIII. En el siglo XVI la iglesia llevó a cabo una reforma de sus sedes episcopales y entre otras, se creó la de Barbastro que tomó parte de Lérida y parte de Huesca. Esta reforma mantenía las diferencias entre las demarcaciones políticas y diocesanas.

Ya en el siglo XX, el Concordato entre la Santa Sede y el Gobierno Español, firmado el 27 de agosto de 1953, recogió la revisión de las circunscripciones diocesanas para evitar que éstas abarcasen territorios de diferentes provincias. El primer punto del Artículo IX establecía: “ A fin de evitar, en lo posible, que las Diócesis abarquen territorios pertenecientes a diversas provincias civiles, las Altas Partes contratantes procederán, de común acuerdo, a una revisión de las circunscripciones diocesanas”. De este modo 35 parroquias ubicadas dentro de los límites de la provincia de Huesca se segregaron de la Diócesis leridana.

Habría que esperar hasta el 15 de junio de 1995, cuando por decisión tomada por la Santa Sede a petición de Conferencia Episcopal Española, se estableció el nacimiento del obispado de Barbastro-Monzón y la integración en el mismo, entre ese mismo año y 1998, de las 111 parroquias oscenses que todavía seguían adscritas a Lérida. Se respondía así a los planteamientos de Ambrosio Echebarría, obispo de Barbastro entre 1974 y 1999, y a las reivindicaciones populares de los años 80 y principios de los 90.

La transferencia de las parroquias inició una serie de litigios entre las diócesis de Barbastro-Mozón y Lérida, tanto de derecho canónico como de derecho administrativo, en los que se han visto envueltos los gobiernos de Aragón y Cataluña, por la catalogación y propiedad de sus respectivos bienes y objetos artísticos o de arte sacro.

El 29 de junio de 1998, el nuncio apostólico en España de aquel momento, Lajos Kada, decretó el que el patrimonio de las parroquias aragonesas desmembradas en 1995 de la diócesis de Lérida estaba allí únicamente a título de depósito, por lo que ordenó la devolución a sus legítimos propietarios. Desde entonces hasta hoy, muchas han sido las instancias eclesiásticas y civiles que han dado la razón a Aragón, pero ninguna ha conseguido el objetivo de la reclamación: la entrega efectiva de las piezas.

Finalmente, el tribunal eclesiástico decidió en 2005 que las 113 obras de arte pertenecían a la diócesis de Barbastro-Monzón. La diócesis de Lérida emitió un comunicado aceptando la decisión, a la vez que anunciaba que se abriría el proceso administrativo civil. En 2006 la Generalidad de Cataluña autorizaba la salida de los bienes poniendo como condición la «preservación de la unidad e integridad de la colección», además de otras exigencias. Poco después el parlamento catalán, bajo la iniciativa de CiU y los votos a favor de ERC, PSC e ICV, emitieron una resolución que obligaba al gobierno catalán a mantener las obras en el Museo Diocesano de Lérida y conminaba a la Generalidad a que las obras “se mantengan como colección inscrita en el Catálogo de Patrimonio Cultural Catalán según la Ley 9/1993 del patrimonio”

El 1 de julio de 2008 se llegó a un acuerdo entre las dos diócesis, por el que se entregaba las obras de arte a la diócesis de Barbastro-Monzón. Sin embargo el conflicto permaneció atascado por la negativa continuada de la administración catalana de dar el permiso de salida, lo que obligó al Gobierno de Aragón a presentar una querella criminal en febrero de 2009, renunciando a la solución del procedimiento civil que se veía sin salida.

En octubre de 2011, la Audiencia Provincial de Lérida confirmaba la sentencia del juez de Primera Instancia de Lérida que establecía  la titularidad de los bienes de las parroquias aragonesas. En noviembre, Renzo Frattini, el nuncio papal, afirmaba que los bienes serían devueltos a Aragón en un tiempo de 6 a 12 meses.

El 21 de julio de 2012, una sentencia del juzgado de lo contencioso administrativo de Lleida, al que había acudido el Gobierno de Aragón por el incumplimiento de la entrega de las obras de arte, desestimaba íntegramente el recurso del Gobierno de Aragón, a la vez que recogía la incompetencia del citado Gobierno de Aragón para actuar sobre los bienes que se encuentran en el territorio de la comunidad autónoma catalana, afirmando que los objetos eran «patrimonio cultural catalán». Destacaron que forman parte de una colección y que el Gobierno aragonés no tenía competencias sobre bienes que están fuera de su territorio.

La última sentencia del día 3 de junio de 2015 parece definitiva, a no ser que de nuevo el gobierno de la Generalitat de Catalunya plantee como posible solución la insumisión.

Otros proceso similares afectan a los ayuntamientos de Berbegal y Peralta de Alcofea que han presentado denuncias por la vía penal para recuperar su patrimonio. Se trata de la portada de la antigua iglesia de El Tormillo (núcleo de Peralta), que se encuentra en el templo románico de San Martín en Lérida. Las otras dos piezas reclamadas, el retablo del Salvador de la colegiata de Berbegal y la tabla de San Pedro y la Crucifixión, de Peralta, están en el Museo Diocesano y Comarcal de Lérida. Las parroquias de Berbegal y Peralta de Alcofea pasaron a la diócesis de Huesca en 1956, quedándose los bienes en la diócesis de Lérida. Desde el obispado de Lérida se afirma haber pagado 375 pesetas por la portada románica de la iglesia de El Tormillo a finales del siglo XIX.

Existe también un conflicto entre los Gobiernos de Aragón y Cataluña por las joyas del monasterio de Sigena, que fueron vendidos por las hermanas de la Orden de Malta, propietarias del convento, a la Generalidad de Cataluña. Las ventas, que tuvieron permiso eclesiástico, se realizaron en 1982 (44 piezas por 66 millones de pesetas) y 1992 y 1995 (52 piezas por 39 millones) y fueron parte de una permuta de terrenos. Las operaciones fueron denunciadas por el Gobierno de Aragón por considerar que tenía derecho de tanteo para adquirir las obras. En Agosto de 2013, el Gobierno aragonés reclamó la devolución de los frescos de la sala capitular del Monasterio de Santa María de Sigena (Huesca) al Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC) porque fueron trasladadas de su lugar original a Barcelona sin "ningún título jurídico de propiedad", dado lo cual pertenecen "legítimamente" a la congragación de la Orden de San Juan de Jerusalén. Las pinturas fueron trasladadas por soldados republicanos en 1936 a Barcelona.

Hay una sentencia del mes de Abril que declara nulas de pleno derecho las ventas de bienes de Sijena y que obliga a su reintegración al Real Monasterio. Según la asociación Acción Pública para la Defensa del Patrimonio Aragonés (Apudepa), el Real Monasterio de Santa María de Sijena es uno de los bienes capitales de la historia de la Corona de Aragón. Como tal, merece toda la atención y la protección de las administraciones públicas y de la ciudadanía. Pero, además, Apudepa desea llamar la atención sobre el hecho de que el monasterio es, también, una de las heridas culturales abiertas más importantes de entre las causadas por la Guerra Civil. Como tal, la Asociación reclama que le sean aplicadas las medidas reparadoras que toda política de memoria histórica debería contener. De la misma manera que se ha resuelto felizmente la vergonzosa incautación de los documentos de la Generalitat republicana, cuyo legítimo propietario ha podido recuperar la posesión con toda justicia, en ejecución de una medida reparadora que esta Asociación aplaudió y aplaude con entusiasmo, el ataque sufrido por el monasterio en 1936 debe ser igualmente reparado, de modo que en lo posible se recupere su integridad artística, arquitectónica y cultural del bien. Apudepa quiere recordar también, como ha venido haciendo durante toda su existencia, que, al margen de los que son objeto de la sentencia, existen muchos otros bienes del Real Monasterio actualmente dispersados, algunos de ellos en Huesca, Zaragoza, Toledo o Madrid. La Asociación solicita a la Diputación General que prosiga con la intervención necesaria en el Real Monasterio para la pronta recuperación de la tan ansiada integridad del bien.

El Gobierno aragonés y el Ayuntamiento de Villanueva de Sijena reclamaron hace varios días la ejecución provisional de la sentencia dictada en abril por un juzgado de Huesca, en la que se declara nula la compra que la Generalitat hizo de un centenar de obras de arte del histórico Monasterio de Sijena. El Gobierno aragonés y el Ayuntamiento de Sijena ha solicitado la ejecución provisional de la misma; es decir, que se ordene al MNAC la devolución inmediata del centenar de obras de arte objeto de la sentencia.



Para terminar, destacar una de las obras más bellas desde mi punto de vista. Se trata de frontal del altar de San Martin de Tours,




El Museo Nacional de Arte de Cataluña incluye en sus colecciones un buen número de obras de arte desgajadas del patrimonio aragonés. Entre ellas un frontal del altar de San Martin de Tours, de su ermita, en Chía (Huesca), realizado en la segunda mitad del siglo XIII.

Esta obra, una de las piezas clave de la pintura mueble románica, salió de una pequeña ermita en una época en la que la Iglesia consideraba el  arte sacro como suyo que podía vender a una  alta burguesía dedicada  al coleccionismo de obras antiguas. Así, el frontal de Chía fue a parar a manos del industrial catalán Lluís Plandiura Pou que estuvo detrás de gran parte del expolio del arte medieval de la Ribagorza, a principios del pasado siglo. En 1932 sufrió una fuerte crisis económica en el comercio del azúcar, que le obligó a vender, por siete millones de pesetas, sus colecciones de 1.869 obras, a la Junta de Museos de Barcelona por siete millones de pesetas que por entonces estaba  reuniendo fondos para la apertura oficial del MNAC.

El frontal de San Martín de Chía presenta una singularidad iconográfica que lo hace especialmente valioso. En la parte inferior derecha, se representa la agonía de la muerte del santo acosado por el diablo. El lecho de muerte está  una colcha con cuatro barras rojas sobre fondo amarillo que representan las cuatro barras o "Señal Real de Aragón". Existe documentación que prueba fehacientemente que la misma fue usada desde los tiempos de Alfonso II Rey de Aragón y Conde de Barcelona, siendo universalmente conocidas como de Aragón, dada la preeminencia del reino de Aragón en la titulación, como reconoce el propio Pedro IV el Ceremonioso: "...como quiera que los reyes de Aragón están obligados a recibir la unción en la ciudad de Zaragoza, que es la cabeza del Reino de Aragón, el cual reino es nuestra principal designación y título, consideramos conveniente y razonable que, del mismo modo, en ella reciban los reyes de Aragón el honor de la coronación y las demás insignias reales, igual que vimos a los emperadores recibir la corona en la ciudad de Roma, cabeza de su imperio." (citado por Domingo J. Buesa Conde, El rey de Aragón, Zaragoza, CAI, 2000)







PARA SABER MÁS:

6 comentarios:

  1. Estupendo artículo y muy completo. Jorge Español (Abogado).

    ResponderEliminar
  2. Solo me gustaría puntualizar que sin la intervención del obispo Messeguer, que fundó el museo diocesano de Lleida, ni la Generalitat Catalana durante la guerra Civil, gran parte de estas obras habrían desparecido por destrucción o tráfico. Es importante señalarlo porque parece la historia de un expolio, y puestos a poner las cosas en su sitio, además de devolverlas si se considera lo justo, debe agradecerse a los que las han acogido hasta ahora su esmero en conservarlas y en no pocos casos salvarlas de la perdición para siempre. Lo contrario es faltar a la verdad. Saludos

    ResponderEliminar
  3. Gracias por tu aportación. Siempre hay que mostrar un eterno agradecimiento a todas aquellas persones que han contribuido a la conservación del patrimonio artístico. Nunca he pretendido mostrar estos hechos como la historia de un expolio. Creo que actuaciones de diferente índole han contribuído a la situación actual. Lo más importate, y en esto estaremos de acuerdo, es poder disfrutar de la belleza de estas obras.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Agradezcamos a las personas individuales el cuidado que han tenido con las obras y disfrutemos de su belleza. ...al cuidado de su legítimo propietario. Si yo saco a punta de pistola Las Meninas del Museo del Prado, supongo que usted no considerará que lo más importante es que yo deje contemplar el cuadro al público. Este asunto es una historia de expolio y mala fe por parte de los separatistas catalanes, clérigos o laicos. Los que no somos diplomáticos de profesión ni tenemos cargos públicos o prebendas, no tenemos por qué tener pelos en la lengua.

      Eliminar
  4. Se tiene que cumplir la sentencia del Tribunal Supremo. No sirve la argumentación del President de la Generalitat, Artur Mas, en sus declaraciones del pasado mes de Septiembre, que afirma que «fueron adquiridos, todos ellos, mediante alguno de los instrumentos jurídicos legalmente reconocidos por el ordenamiento jurídico vigente» en aquellos años. Según esta declaración, la Generalitat de Catalunya no podría reclamar los documentos del archivo histórico de Salamanca.

    S'ha de complir la sentència del Tribunal Suprem. No serveix l'argumentació del President de la Generalitat, Artur Mas, a les seves declaracions del passat mes de Setembre, que afirma que «van ser adquirits, tots ells, mitjançant algun dels instruments jurídics legalment reconeguts per l'ordenament jurídic vigent» en aquells anys. Segons aquesta declaració, la Generalitat de Catalunya no podria reclamar els documents de l'arxiu històric de Salamanca,

    ResponderEliminar
  5. Desde el Club Aragón Siglo XXI hemos organizado una conferencia coloquio: Los litigios del Obispado de Lérida con el Real Monasterio de Sigena,que pronunciará Ildefonso Salillas Lacasa, Alcalde de la villa de Villanueva de Sigena, el día 29 de marzo de 2017 a las 19 horas en el Salón de Actos del Centro Joaquín Roncal, calle San Braulio 5-7 de Zaragoza, con entrada libre hasta completar el aforo.

    ResponderEliminar