Entrada realizada con motivo del125 Aniversario de la inauguración de la Esposición Universal de Barcelona.
El 20 de mayo de 1888, la reina regente
María Cristina y Alfonso XIII presidían la ceremonia de la inauguración de la
gran Exposición Universal en el salón del Palacio de Bellas Artes. Con la
Exposición se recuperó la Ciutadella, símbolo de la represión de Felipe V, y
Barcelona se proyectó, a nivel internacional, como una gran ciudad burguesa e
industrial. En esta época, entre 1822 y
1888, se celebraron en Barcelona 14 exposiciones de productos industriales
catalanes, con el apoyo de la Junta de Comercio y, al suprimirse ésta, del
Instituto Industrial de Cataluña. Además, los industriales catalanes acudían
regularmente a las exposiciones universales desde 1851, año en que se celebró
la primera exposición universal en Londres en. Por otra parte, Barcelona se reconfiguraba urbanísticamente
tras el derribo de las murallas y la realización, desde 1859, del Plan
Cerdà. El 15 diciembre de 1885, Francesc
de P. Rius i Taulet fue nombrado alcalde de Barcelona y no de sus principales
objetivos era la recuperación para la ciudad de la Ciudadella cuya demolición se inició el 16 de Octubre de 1868
gracias al triunfo de la Revolución de Septiembre, “La Gloriosa”.
La remodelación del parque
de la Ciudadela fue llevado a cabo por Josep Fontserè en 1872, inspirándose en
los jardines europeos. Junto con la zona verde proyectó una plaza central y un
paseo de circunvalación, así como una fuente monumental y diversos elementos
ornamentales, dos lagos y una zona de bosque. También construyó el Mercado del
Born y un puente sobre las líneas de ferrocarril, ejemplos de la denominada
arquitectura de hierro. Fontserè contó con la colaboración de Antoni Gaudí para
el proyecto de la Cascada Monumental, que destaca por su obra escultórica, en
la que intervinieron varios de los mejores escultores del momento: destaca el
grupo de La Cuadriga de la Aurora, de Rossend Nobas, así como El nacimiento de
Venus, de Venanci Vallmitjana; el frontón es obra de Francesc Pagès i
Serratosa; otras esculturas del conjunto son: Anfítrite, de Josep Gamot; Neptuno
y Leda, de Manel Fuxà; y Dánae, de Joan Flotats. Asimismo, Rafael Atché realizó
los cuatro grifos que expulsan agua por la boca, en la parte inferior del
monumento. Por lo tanto, la Ciutadella ya era un parque cuando el alcalde de
Barcelona, Rius i Taulet, decidió convertirla en recinto de la Exposición.
Conucción de un pabellón, fotografía de Pau Audouard |
La Exposición se desarrolló
en un recinto de 450.000 m2. La parte
central de la Exposición se ubicaba en la zona de la antigua Ciudadela, una
fortaleza construida por orden de Felipe V para dominar la ciudad tras la
Guerra de Sucesión Española, en la que Cataluña había estado en el bando del
contrincante de Felipe, Carlos de Austria.
En el siglo XIX Barcelona dejó de ser considerada plaza fuerte y, tras
la Revolución de 1868, se procedió a su demolición, de la que sólo quedaron la
capilla (actual Parroquia Castrense), el palacio del gobernador (actual Instituto
de secundaria Verdaguer) y el arsenal (actual
sede del Parlamento de Cataluña, después de su restauración llevada a cabo por
Pere Falqués).
La entrada a la Exposición
se efectuaba a través del Arco de Triunfo diseñado por Josep Vilaseca. De
inspiración neomudéjar, tiene una altura de 30 metros, y está decorado con una
rica ornamentación escultórica realizada por diversos autores: Josep Reynés,
autor del friso superior que plasma la recepción de Barcelona a las naciones; Josep Llimona, autor
del friso de la parte superior de la parte reverso con el Reparto de
recompensas a los participantes de la Exposición; Antoni Vilanova, autor del friso de la parte
derecha con las Alegorías de la Industria, la Agricultura y el Comercio; Torquat
Tasso, autor del friso de la parte izquierda con las Alegorías de las Ciencias
y las Artes; Manel Fuxà y Pere Carbonell autores de cuatro esculturas
femeninas, las Famas.
"Recepción de Barcelona a las naciones" de Josep Reynés (parte anterior)
"La Recompensa a los participantes" de Josep Llimona (parte posterior)
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"Alegorías de la Agricultura, la Industria i el Comercio" de Antoni Vilanova (lateral derecho)
"Alegorías de las Artes y de las Ciencias" de Torquat Tasso (lateral izquierdo)
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A continuación venía el
Salón de San Juan (actual Paseo Lluís Companys), una larga avenida de 50 metros
de ancho, donde destacaban las balaustradas de hierro forjado, los mosaicos del
pavimento y unas grandes farolas, todo ello diseñado por Pere Falqués.
A lo largo de este paseo se
colocaron ocho grandes estatuas de bronce que representaban personajes ilustres
de la historia de Cataluña: Guifré el Pilós (obra de Venanci Vallmitjana),
Roger de Llúria (de Josep Reynés), Bernat Desclot (Manel Fuxà), Rafael Casanova
(Rossend Nobas), Ramon Berenguer I (Josep Llimona), Pere Albert (Antoni
Vilanova), Antoni Viladomat (Torquat Tasso) y Jaume Fabre (Pere Carbonell).
Estatuas que han tenido diferente suerte: en 1914 la estatua de Casanova fue
trasladada a la Ronda de Sant Pere (esquina Alí Bey); la de Roger de Llúria y la
del pintor Antoni Viladomat quedaron en su ubicación original; cinco fueron
fundidas en 1950 para realizar la imagen de la Virgen de la Merced de la
basílica homónima. También se conserva
la escultura dedicada a Pau Claris, obra de Rafael Atché, que había
substituido a la de Rafael Casanova.
A la entrada del recinto se
ubicaron dos grupos escultóricos dedicados a la Agricultura y la Marina, obra
de Venanci Vallmitjana. Al final del paseo se ubicaron otros dos grandes grupos
escultóricos que representaban el Comercio y la Industria, obra de Agapit
Vallmitjana.
El primer edificio tras el
acceso por el Arco de Triunfo era el Palacio de Bellas Artes, obra de August
Font i Carreras, de estilo neoclásico, con una fachada formada por un pórtico
con columnas y con cuatro torres con cúpulas, coronadas por una representación
de la Fama, en las esquinas. El espacio principal del edificio era una gran
sala central donde se realizaron los principales actos oficiales. En el lado
opuesto se ubicaba el Palacio de Ciencias, obra de Pere Falqués, de estilo neoclásico,
donde también se disponía una gran sala para celebrar congresos.
Una vez pasados estos dos
edificios se accedía al recinto propiamente dicho, en cuya entrada destacaba la
Cascada Monumental, a cuya derecha se hallaba el restaurante (conocido como
Castillo de los Tres Dragones y actual Museo de Zoología), obra de Lluís
Domènech i Montaner, de estilo neogótico con innovadoras soluciones
estructurales que anunciaban el modernismo por la utilización del hierro y el
ladrillo visto. A su lado se encontraban el Círculo del Liceo y el Invernáculo,
obra de Josep Amargós, realizado en hierro y vidrio siguiendo el ejemplo de la
arquitectura de hierro. A continuación venían el Museo Martorell de Geología,
de Antoni Rovira i Trias; el Umbráculo, de Josep Fontserè; y una iglesia
llamada Iglesia Modelo, porque pretendía servir de referencia para las
construcciones religiosas del futuro, cometido este que no llegó a cumplir. En
esta zona se situaban también el Pabellón de la Prensa, obra de Jaume Comerma i
Torrella, y el Pabellón de las Colonias Españolas, de Jaume Gustà i Bondia, que
presentaba artículos de Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Fernando Poo.
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La zona central del recinto
se correspondía con la antigua plaza de armas de la Ciudadela, donde destacaba
la Fuente Mágica, una de las grandes atracciones de la Exposición (obra de la
compañía The Anglo-American Brush Electric Corporation), que combinaba los
saltos de agua con el juego de luces eléctricas, lo que producía un gran
espectáculo nocturno que maravilló a los visitantes, según recogen los
periódicos de la época. Esta fuente daba acceso al principal edificio de la
exposición, el Palacio de la Industria, obra de Jaume Gustà i Bondia, que
recogía las secciones extranjeras de la exposición. Tenía forma de abanico, con
25 naves concéntricas que formaban trece naves rectangulares. El edificio fue desmantelado en 1930, y en su
lugar se encuentra actualmente el Zoo de Barcelona.
Vista aérea de la Exposición universal de Barcelona de 1888, fotografia de A. Esplugas |
Frente a este palacio se
hallaba la Estatua ecuestre del General Prim, obra de Lluís Puiggener,
destruida en 1936 y restaurada por Frederic Marès, aún se encuentra en su
ubicación original.
En la denominada Sección
Marítima, se construyó el Pabellón de la Compañía Trasatlántica. Claudi López i
Bru, segundo marqués de Comillas y cuñado de Eusebi Güell, encargó a Antoni
Gaudí el pabellón de la Compañía Transatlántica, el principal consorcio de
barcos transoceánicos de España, para la Exposición Universal de Barcelona de
1888. A Gaudí no se le encargó un nuevo pabellón, sino adaptar y reformar uno
de ya existente diseñado por Adolfo García Cabezas para la Exposición Naval de
Cádiz de 1887. Realizado en estilo neonazarí granadino, subsistió hasta la
apertura del Paseo Marítimo de Barcelona en 1960.
Pabellón de la Compañía Trasatlántica de Antoni Gaudí |
En el Paseo de Colón se
erigió el Hotel Internacional, obra de Lluís Domènech i Montaner. Fue concebido
como instalación temporal para acoger a los visitantes; por ello, fue derruido tras la finalización de la
Exposición.
Hotel Internacional, obra de Lluís Domènech i Montaner |
Otros edificios menores del
recinto fueron: la Horchatería Valenciana, el Café Turco, el Pabellón
Balneológico (especializado en productos químicos y farmacéuticos), el Pabellón
de Audouard y Compañía, fotógrafo oficial de la exposición … Un globo cautivo
que ascendía hasta 200 metros de altitud y unas montañas rusas, junto con la Fuente
Mágica, fueron las grandes atracciones
de la exposición.
Pabellón de Audouard y Compañía |
La muestra se clausuró el 9
de diciembre. La habían visitado un millón y medio de personas. El balance, a
pesar del déficit, puede considerarse positivo porque significó la proyección
internacional de Barcelona como ciudad industrial y burguesa. La mayoría de los
edificios de la Exposición han desaparecido: tan solo permanecen el Arco del
Triunfo, el Castillo de los Tres Dragones, el Museo de Geología, el
Invernáculo, el Umbráculo, y una parte del Palacio de la Industria que forma
parte de servicios del zoo.
El Monumento a Colón también
fue realizado con motivo de la Exposición Universal de
Barcelona de 1888. Se
trata de una obra del arquitecto Gaietà Buïgues.
Monumento a Colón, obra deGaietà Buïgues
PARA SABER MÁS
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