¿Qué pasa con las subastas de obras de arte?. ¿Por qué en algunas obras no se alcanzan las expectativas que sobre ella se tienen y, en cambio, en otras se superan ampliamente?. Naturalmente, no tengo la respuesta. En las líneas que siguen voy a intentar resumir los acontecimientos relacionados con las principales subastas que se han llevado a cabo a lo largo de esta semana y que hemos seguido con gran interés en clase.
Uno de los últimos retratos que Francisco de Goya y Lucientes realizó antes de morir no ha encontrado comprador durante una subasta organizada el pasado jueves por Sotheby's de Nueva York. La puja más alta de la subasta fue de 4,1 millones de euros, por debajo del precio mínimo establecido. Esta obra forma parte de las obras del legado del magnate griego George Embiricos, fallecido en 2011, que Sotheby’s ha subastado desde otoño de 2012. La obra ha permanecido en la misma colección desde 1954 y no se había exhibido durante casi 60 años.
Había una gran expectativa ante la subasta ya que podría suponer la obra más cara de Goya adjudicada en una subasta ya que se creía que podría alcanzar una cifra entre 6 y 8 millones de dólares. El récord data de 1992 cuando Suerte de varas alcanzó 7.9 millones de dólares en esta misma galería.
"Retrato de Mariano Goya", de Francisco José de Goya es una obra de pequeña formato de 52 por 41,2 centímetros que muestra al sobrino del artista. Se trata de uno de los últimos -si no el último- de los retratos del artista, pintado durante su último viaje a Madrid, entre julio y septiembre de 1827, desde su exilio en Francia. Se trata del retrato de su nieto y heredero, Mariano, a la edad de 21 años. Goya había pintado antes otros dos retratos de Mariano siendo niño: el primero (1809-1810) se halla en la colección del Marqués de Larios, y el segundo (1813-1815) está en la colección Albuquerque en Madrid. Francisco de Goya fallecería en Burdeos siete meses después. Estos hechos están confirmados por una inscripción que aparece en el reverso del retrato en la que se puede leer «Goya a su nieto en 1827 a los 81 de su edad».
Por otra parte, en esta misma subasta, la obra "Susana y los viejos" de Pompeo Batoni ha alcanzado los 10,1 millones de dólares (7,4 millones de euros), convirtiéndose en la obra más cotizada de la jornada y en la obra subastada más cara de este pintor italiano. Este cuadro es indiscutiblemente uno de los mejores cuadros de este pintor y uno de los pocos que realizó con un tema del Antiguo Testamento. En él, Batoni, uno de los grandes artistas del siglo XVIII, emplea todo su talento, su dominio del dibujo y un destacado uso del color. Fue encargada por el conde Ernts Guido von Harrach en 1751, permaneciendo en la colección particular de sus descendientes. Se conserva la correspondencia entre el conde y su agente sobre el desarrollo del trabajo de Batoni que acabó en 1753.
También superaron las expectativas las obras “Heidelberg con arco iris” de William Turner, que alcanzó 4.5 millones de dólares, y una tabla de Hans Memling (c. 1430-1494) que representa un Cristo bendiciendo, cuya autoría ha sido descubierta por el departamento de pintura antigua de Sotheby´s, que salía a subasta por un precio estimado de 1 millón de dólares y se vendió por 3,5 millones.
También se subastó "La diosa Aurora triunfando sobre la Noche ", de Jean Honoré Fragonard, por 3,35 millones y "“Puerto mediterráneo al atardecer con el artista, su hija Emilie Chalgrin, su hijo Carle Vernet, su nuera Fanny Moreau y su criado Saint-Jean, en un muelle, con un faro y un arco natural más allá”, de Claude-Joseph Vernet (1714-1789), por 2,2 millones.
Pero las noticias no acaban aquí. El pasado martes, la obra "El entierro de Cristo" de El Greco (1541-1614) se vendió por 750.000 dólares en una subasta de obras del coleccionista Giancarlo Baroni organizada por la casa Sotheby's en Nueva York. Esta obra fue realizada por Doménikos Theotokópoulos en 1570 durante su estancia en Venecia, antes de su llegada a España, y en la que recibió la influencia de Tiziano y Tintoreto tal y como puede observarse en la intensidad del color y la composición. Al fondo de la imagen se puede ver un retrato de El Greco que, probablemente, fue realizado por otro pintor. Pese a ser la obra estrella de la velada, la obra de "El Greco" se adquirió por un precio considerablemente menor del esperado, ya que la casa de subastas estimó que la venta podría situarse entre 1 y 1,5 millones de dólares.
En la subasta también se vendió la obra "Virgen con niño apoyado en un parapeto" de Andrea del Verrocchio por 700.000 dólares.
Estas obras fueron superadas en esta subasta por la obra de Bernardo Bellotto (1722-1780): "Venecia, vista al Molo, mirando al oeste, con el Palacio Ducal y la zona sur de la Piazzetta, " que alcanzó la cifra de 1.050.000 dólares.
Por otra parte, a finales del mes de enero, concretamente entre el 26 y el 31, Christie´s Nueva York llevará a cabo una serie de subastas dentro de su programa ‘Old Master Week‘ con grandes piezas de pintura antigua y con nombres propios como Botticelli, Bronzino, Fra Bartolomeo y Lucas Cranach. La primera cita será el 29 de enero con una subasta de dibujos de Alberto Durero, y en los días siguientes se llevarán a cabo ventas de ‘Old Master Paintings’, ‘Old Master Drawings’ y obras del Renacimiento.
Se ha subastado 47 obras de Alberto Durero, el más famoso artista del Renacimiento alemán,y han alcanzado un precio total final próximo a los 6 millones de dólares, entre las que destacó la xilografía "El rinoceronte" que se vendió por 866.500 dólares.
El treinta de enero, la obra "La Virgen y el niño" del pintor italiano de Baccio della Porta, conocido como Fra Bartolommeo (1472-1517) se vendió hoy por un precio de 12.962.500 dólares, tras incluir impuestos y comisiones, en una subasta de arte renacentista organizada por la casa Christie's de Nueva York.
Las miradas también se centraron en la obra "La Virgen y el niño con el joven San Juan Bautista" , realizada Sandro Botticelli entre 1491 y 1492, que se vendió por un precio de martillo de 9,25 millones de dólares, la cifra récord registrada por una obra del artista. Esta obra, conocida también como "La Madonna Rockefeller", muestra el sentimiento tierno entre madre e hijo combinado con una alusión a la resurrección en la estructura sepulcral que aparece en un segundo plano.
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