LA MUSCULATURA DEL HÉRCULES FARNESIO

Hércules Farnesio. Dibujo de Francisco de Goya. Cuaderno italiano

Tal y como os comenté en clase, es necesario el conocimiento de la anatomía humana antes de enfrentarnos a la realización de dibujos del cuerpo humano principalmente si está desnudo. El conocimiento de la  estructura  ósea, así como de la distribución de músculos, cartílagos, venas ..., facilitan la observación de la anatomía y nos permite distribuir luces y sombras que dotaran a nuestra obra de una gran naturalidad. Conociendo profundamente la configuración y comportamiento de músculos y esqueleto,  el dibujo del cuerpo humano será más fácil. La piel nos envuelve adaptándose.

Los músculos son los elementos anatómicos que crean el relieve que posee cada parte del cuerpo y que deberá ser reflejado en el dibujo. La forma, extensión y relieve de los músculos se deben no sólo a su propia conformación, sino también a las variaciones que presentan según la acción que llevan a cabo.

Según el cuerpo se encuentre en tensión o en reposo, la musculatura hará surgir diferentes volúmenes marcados en la piel. Pero, no podemos olvidar que la musculatura no es un conjunto de músculos aislados sino que se disponen ensamblados entre sí.

Por otra parte, se ha de tener en cuenta si se hallan relajados o, por el contrario, están en tensión. De esta forma, cuando los músculos están relajados el dibujo tiene que reflejar la ausencia de tensión. Al contrario, cuando se hallan en tensión se estiliza y el trazo que lo delimita ha de ser más seguro.

Si la figura presenta una posición estática, la composición y la representación de la musculatura tenderá a la simetría. Sin embargo, el mínimo movimiento rompe con esta simetría.

En clase hemos comentado la musculatura de las esculturas griegas y de sus copias romanas. Tal y como, os dije os presento unas láminas sobre la musculatura del Hércules Farnesio 

Heracles Farnese, copia romana de mármol de comienzos del siglo III a.C. de la obra original en bronce creada por Lisipo en el siglo IV a. C.

A partir de estas láminas podéis comprobar el tratamiento de  la musculatura del Laocoonte 

Laocoonte y sus hijos. Obra de Agesandro, Polidoro y Atenodoro de Rodas.
Museo Pío-Clementino, Ciudad del Vaticano